Talavera de la Reina y su cerámica artesanal
–¡Y cómo si lo soy! -respondió ella-. Y aún de la mejor tierra de Castilla.
–¿De cuál? -replicó Constanza.
–De Talavera de la Reina -respondió ella.
Con estas palabras nuestro gran Miguel de Cervantes elogiaba a la ciudad castellana en su obra «Los Trabajos de Persiles y Segismunda».
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La visita guiada comenzó en el Alcázar, de la mano de Virginia (Visitas Talavera). Allí nuestra guía nos hizo una estupenda introducción del origen y la historia de la ciudad.
Las gigantescas Torres Albarranas fueron la mejor muestra de la grandeza y poderío que vivió Talavera durante la Edad Media y una buena señal, para nosotros, de todo lo que nos esperaba después.
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Caminar por las calles de Talavera de la Reina es caminar por la historia de Castilla y, por ende, de España. Romanos, visigodos, musulmanes y cristianos dejaron una rica herencia en la ciudad.
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Pero si por algo es famosa Talavera es por su cerámica artesanal, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Para conocerla, nada mejor que visitar el Museo Ruiz de Luna.
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El museo ocupa parte de un antiguo convento y su variada muestra de cerámica es excepcional.
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La fecha de la visita coincidió con la celebración mensual del Mercadillo Medieval de San Jerónimo, lo que sumó alegría y vistosidad a las calles talaveranas.
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Talavera es un auténtico museo al aire libre, alguno de sus murales cerámicos, como el dedicado a la celebración de Las Mondas (Fiesta de Interés Turístico Nacional), tienen un tamaño gigantesco.
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En nuestra visita guiada tampoco podía faltar asomarnos al río Tajo (que tuvo una importancia fundamental en la economía talaverana) y sus puentes, como el llamado Puente Romano que fue parcialmente destruido en la última dana.
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Desde el río subimos hasta la denominada Plaza del Pan, auténtica plaza mayor de la ciudad y en la que nos esperaba el insigne escritor Fernando de Rojas, autor de “La Celestina”.
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También a esta plaza se asoma la colegial Santa María la Mayor, iglesia de enormes dimensiones que demuestra el poderío que tuvo la ciudad.
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A nuestra guía, Virginia (Visitas Talavera) le tenemos que agradecer la original ruta y a medida que nos hizo por la Talavera menos turística. De ese modo pudimos conocer teatros, iglesias y plazas menos conocidas de la ciudad pero que también merecen una visita (como el Alfar del Carmen, que fue convento, fábrica de cerámicas y actualmente es una biblioteca).
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Tras la fructífera ruta cultural llegaba el momento de recuperar fuerzas. Para ello elegimos el famoso establecimiento gastronómico Casa Antonio, donde pudimos probar los platos típicos de la región.
¡Y en la mejor compañía!
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Tras la comida, tocaba la visita a un taller artesano de cerámica tradicional talaverana.
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Justi Cepeda, maestra artesana con una dilatada experiencia, nos dio una clase magistral sobre el proceso de creación de la cerámica.
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También pudimos ver, en directo, cómo se pinta y se decora antes de introducirse en el horno.
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Desde luego, el mejor recuerdo de esta jornada cultural que nos podíamos llevar a casa, no era otro que una pieza de cerámica hecha de manera artesanal en este mismo taller y que se vendía en la tienda aledaña.
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¡Muchísimas gracias a todos los que formasteis parte de esta actividad cultural gratuita de ADCHE!












